Cada vez que cuento que me voy a Disney de vacaciones escucho la misma pregunta, «otra vez?”, “No te cansas de ver siempre lo mismo?”. Estoy segura que esto le ha sucedido a todos los que como yo, jamás se cansan (ni se cansaran) de visitar los parques de Disney. Las razones para cada persona son distintas, hoy solo voy a contarles la mía y por qué no me cansaré nunca de ir a Disney.
La primera vez que fui a los parques tenia solo 7 años, allá por el año 2000, y como cualquier niña a esa edad, que había crecido con las pelis de Disney estaba completamente fascinada, la verdad es que mucho no recuerdo -el año antes había estado en Disneyland París- pero en las filmaciones del momento parezco la niña más feliz del mundo, y mi sentimiento jamás cambio.
Pasaron 15 años hasta que volví a visitar Orlando. Tenía planeado hacerlo en el 2007 para celebrar mis 15 años pero por motivos familiares se vio cancelado. El 2015 era mi revancha. Leía blogs, veía gente que viajaba y mi sueño era estar ahí de nuevo. Así fue como volví a ese lugar que tanto anhelaba conocer, pero esta vez de verdad, porque si bien mis papás me decían que yo ya había ido la verdad es que sentía que no.
Fue un viaje soñado, mi mamá cumplía 60 y quería festejarlo allá, en Epcot su parque favorito, almorzando en un restaurante al que habíamos ido en el 2000 y al que ella estaba determinada a volver, el restaurante en cuestión es San Angel Inn Restaurante, en el pabellón de México, y ahí fuimos por supuesto. Estuve una semana en el lugar de mis sueños rodeada de las personas mas importantes de mi vida.
Unos pocos años después la vida me dio un golpazo de esos que te arrasan como tsunami y te obligan a rever varias cosas. En un momento que no veía como poder sentirme nuevamente feliz le escribí a una amiga, esa amiga que siempre está dispuesta a estar a tu lado y le dije que necesitaba estar en el lugar más feliz del mundo para tratar de recuperar mi alegría, y así fue como volví en el 2018.
Desde ese momento cada oportunidad que tuve me fui a Orlando, a vivir la magia, a tener ese sentimiento y esa conexión con mi mamá. Fui con familia, con pareja, con amigas (creo que solo me falta ir sola, y es una experiencia que no descarto). Tan solo el 2022 deje Orlando de lado y ahora estoy pagando las consecuencias de la abstinencia.
En el viaje de 2015 mi mamá dijo que verme la cara de emoción en los shows, en los encuentros con los personales, hacía que el viaje se pagara solo, porque era increíble. Para mi volver donde se que ella fue tan feliz convirtió a Disney en un lugar más mágico de lo que ya era. Cuando estoy ahí, parada frente al castillo viendo el show de cierre se que mi mamá está en algún lado sonriendo por verme así de feliz.
La conexión y el sentimiento no pasa solo por poder estar en los parques, que es el punto cúlmine de todo fan. En muchos momentos, buenos o malos, las películas y las canciones son para mi un refugio al que se que puedo ir cuando lo necesito
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Por eso poder ayudar a otras personas para que cumplan sus sueños de visitar los parques, de estar en escenarios y con personajes de sus películas favoritas es realmente el mejor trabajo del mundo. Saber y conocer el sentimiento de ver a un ser querido disfrutar de esa magia y esa felicidad es increíble, poder ser participe, impagable.
Cuando me preguntan si no me canso de ir siempre al mismo destino la respuesta es muy simple, no. No puedo cansarme de ir al lugar que me hace sentir feliz, en donde encuentro una conexión con mi mamá, quienes hayan perdido a un ser querido entenderán a qué me refiero y por qué es imposible cansarse de visitar un lugar así.
Disney es realmente un estilo de vida, y para mi desde hace un tiempo además el trabajo de mis sueños el cual agradezco todos los días de tener la posibilidad de realizarlo. Por eso, no es simplemente un destino de vacaciones. Estoy segura de que así como yo, hay muchos de ustedes que tienen sus historias detrás de su amor por Disney, gracias por dejarme compartir la mía💖